-La creación de un mapa de acciones en el cuerpo del actor que establezca un registro orgánico dentro del laboratorio emocional que sugiere el texto.
-La construcción de una puesta en escena que valiéndose principalmente del dolor como esencia de la condición humana, pueda explorar diferentes latitudes de confrontación con la era tecnológica que nos arrastra.
-La proyección de un espectáculo que adaptable a diversos espacios, pueda tener cercanía al carácter crítico de múltiples públicos.
-El desarrollo de una galería de amputaciones, donde el teatro (Viejo traficante de las emociones) pueda suponer el dolor, la pasión y el placer.
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